Edgar Doménech Macías

La historia de, como llamo yo, “Mi camino hacia el despertar” empezaba con mis experiencias de competición en el deporte.

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En 2015, ganaba mi primer campeonato de España cómo culturista natural, fue un proceso duro, de sacrificio, pasión, dolor, sufrimiento y otra serie de adjetivos calificativos que tienen que ver con la extrema identificación con el cuerpo físico. Cuando gané, lejos de sentirme pleno y reconocido, lo que me sentí es tremendamente vacío. Mi alma no entendía lo que estaba haciendo y lloraba por dentro, cuál niño abandonado por su ser. Me dije a mi mismo, “tiene que haber otra manera de ver el mundo de la nutrición y el deporte”, “tiene que haber otra manera de ver el mundo”… Justo en ese momento apareció Pepe Montañana Ortiz, y me presentó un libro llamado “Un Curso de Milagros”.

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Ahí te das cuenta de la perfección de la vida y las sincronicidades que se dan. Como dice el Curso: “Pide y se te dará, porqué ya se te ha dado” (T-8. III. 1:2)

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El maestro Pepe Montañana y otros grandes hermanos y maestros de “Un Curso de Milagros” como Miguel Sánchez vieron mi evolución. Al principio, sentía un rechazo enorme a la palabra “Dios” y muchas veces el ego se apoderaba de mí, mandaba a todos a la mierda, y me salía de los grupos de estudio del Curso en los que estaba. Pepe se reía de mi ego, respetaba mi proceso, ya que sabía que volvería tarde o temprano al estudio del Curso, pues ya había sido elegido. Y así era, algo me incitaba a seguir leyendo este mágico libro azul y pedía volver a los grupos con cabeza gacha, admitiendo que el ego había cogido el control sobre mí una vez más. Aunque muchas cosas de las que leía no las comprendía muy bien, mi guía interior me hizo sentirme atraído por el libro y poco a poco, mi comprensión sobre lo que pretende enseñar Curso aumentó, gracias en la gran mayoría, por las explicaciones de mí siempre maestro del Curso Pepe Montañana cuando tenía dudas sobre algún apartado del libro, y también en gran medida al hermano Miguel Sánchez, por nuestras charlas tan profundas del Curso. A ambos les doy las gracias.

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Gracias a esta comprensión plena, después de más de 5 años estudiando en profundidad cada rincón del Curso, hoy me uno a este proyecto lleno de amor incondicional, paz y perdón.

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Bendiciones queridos hermanos, si yo fui capaz de transformar mi mente, todos pueden hacerlo.