Jose Cristo

Ciertamente tú no puedes aprender nada por tu cuenta pues todo lo que se aprende necesita de un maestro que lo enseñe. Estableciste esta condición al disociarte del Conocimiento y situarte a ti mismo en un momento del tiempo, perdido y sin capacidad para deshacer lo que creiste haber hecho.

El nivel óptimo que puedes alcanzar es el que el maestro que elijas posea. Nunca un alumno puede llegar a estar más instruido que su maestro, puesto que nunca se puede aprender más de lo que se puede enseñar.

El alumno únicamente puede aspirar a completar su aprendizaje aprovechando al máximo la enseñanza del maestro. Finalmente se concluye el proceso con la adquisición de la maestría por parte del alumno. A todo alumno se le dan sus maestros y a todo maestro se le dan sus alumnos.

Cuando el aprendizaje termina ambos, maestro y alumno, se funden en la Unidad del Conocimiento eterno.

Mi Maestro es el Espíritu Santo, al cual veo enseñarme a través de todo lo que me rodea sin excluir a nada ni a nadie. ¿a quien eliges tú?

 

Yo soy más allá del tiempo y del espacio, soy antes y después, soy durante y soy mediante. Estoy en todo lo que es, no tomo parte en nada de lo que veo y todo lo que veo forma parte de mi.

 

 

 

SALVE GLORIOSO

Aqueste mundo de espejos adamantinos,

aqueses destellos de aurífero puro brillo.

Idóneos senderos en rutilantes caminos,

invicto Opífice bajo Tu Lauro me maravillo…

Salve Glorioso ,

he aquí Tu Virtud,

Unigénito hermoso,

de puro candor gratitud…

Los milagros son cauterios,

hacia alborosos despertares,

que en mis deíferos fraternales ,

sólo aunados son jubilosos…

Agora rememoro la infinitud de la vida,

desque viera el empíreo en Tú divinal,

Amor arrivado no tiene cabida, enteo se expande espléndido y celestial.

 

 

Un sueño por muy convincente que parezca no deja de ser una efímera ilusión. Cuando duermes profundamente no eres consciente de quién eres, asimismo ahora crees que estás despierto, mas continúas sin saber quién eres, por lo tanto estás dormido. Cuando decidas despertar te reconocerás como fruto del Dios de la eternidad y de ese modo nuevamente sabrás quién eres, el Santo Hijo de Dios.

Todos somo seres luminosos, poseedores de la grandeza y la bendición del Creador de todo lo creado. En nosotros no hay cabida para nada oscuro.

Aquél que nos creó se dio a nosotros como amor eterno, pues eso es lo único que es y por ende es lo único que somos. No hay nada que pueda contradecir esto ni hay nada que pueda cambiarlo.He aquí la Realidad, la maldad no existe.

 

Benditos seáis amados seres de luz y pura esencia de vida maravillosa.

Tras los confines del tiempo vivimos unidos en el amor eterno que incesantemente expandimos con alegría a todo lo que en verdad es y que forma parte de nosotros y nos completa. Sois tan necesarios, benditos maestros perfectos.

 

La paz que irradia desde vuestros corazones colma el Ser de dulzura y sosiego, sois el amor en mi, somos el amor en si.