Rodrigo Calderón

A lo largo de mi aparente existencia fui un buscador incesante de encontrar un propósito en mi vida, que fuera consistente con la idea de: ¿por qué todo lo que pretendemos alcanzar tiene que ser con esfuerzo y sacrificio?, ¿por qué, aparentemente, tenemos que pretender alcanzar la plenitud (felicidad), recién en un futuro proyectado como meta a alcanzar y que si no podemos en esta vida pues nos queda el consuelo que lo haremos en el cielo o peor en la extensión de los que vienen detrás nuestro?, es decir, no me parecía congruente que todo sea una ilusoria carrera despiadada hacia ninguna parte. Mas había una parte de mí que me aseguraba que tenía que haber un camino que me permitiera ser feliz aquí y ahora, no solamente porque era mi elección sino porque esa era mi naturaleza.

Esa búsqueda me llevó a tratar de encontrar mi naturaleza en la fe religiosa, así como en búsquedas más profundas como el gnosticismo y la metafísica, pero siempre parecía faltar consistencia y aunque mi búsqueda se motivaba nunca era suficiente. Esta percepción, me permitió entender luego, cómo funciona el ego y todas sus estrategias de: “busca, pero no encuentres”

De la manera más extravagante, por decirlo de alguna manera, llega a mi espacio mental la información que empezaría el estudio del Libro de Ejercicios de Un Curso De Milagros en unos grupos de whatsapp, yo había escuchado algunas referencias del mismo de manera repetida en algunas lecturas o algunos comentarios de grupos que seguía en Youtube, y el nombre se me repetía de manera insistente sin saber de qué se trataba, pero cuando me entero de este estudio, sin pensarlo dos veces me suscribo al mismo, y ahí empiezo el 1 de enero del 2019 con un grupo de maestros maravillosos, Andrea Díaz, Carlos Rodríguez y Sergio Moreno, bajo la dirección de la maestra Hilda Núñez, el estudio del Libro de Ejercicios de Un curso de Milagros.

De inicio sabía que por ahí iba la cosa, pues me sentí como en casa, plenamente identificado, sabía que todas mis búsquedas me habían guiado a ese momento fecundo, y todo era perfecto pues todas mis aparentes inclinaciones de búsqueda tenían parangón y asidero, pues percibía en ese momento que mi aparente búsqueda religiosa se complementaba con la visión del maestro Carlos y mi búsqueda metafísica y gnóstica era guiada por la maestra Andrea pero además en el grupo subían comentarios de las lecciones de la maestra Hilda Núñez, Robert Perry y Sarah Huemmert. Waooo qué cocktail de información milagrosa. Qué bendición, a ese momento fue guiado, allí me condujo todo el aparente camino pedregoso que hasta entonces parecía que había recorrido.       

Adicionalmente a es zumo perfecto de ingredientes conducentes, ilusoriamente yo tenía uno particular, pues me encontraba recluido en un centro penitenciario por un aparente delito de estafa de una empresa de venta de vehículos de la que era propietario, en esas condiciones de aparentes restricciones tan radicales, me permití encontrar los medios para tener, de manera clandestina, un dispositivo celular por el que seguía las conexiones de la Lecciones diarias del Curso; cuan identificado debí sentirme con el mismo, que corrí los aparentes riesgos que ello significaba.

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Ahora, en aparente condición de libertad física, doy talleres presenciales en los Centros Penitenciarios de Oruro – Bolivia, desde abril del 2021, tanto en el de varones como en el de mujeres y también en los de jóvenes menores de 21 años, con la guía del Espíritu Santo llegamos a más de 140 internos, aparentemente privados de libertad.

Cómo no empezar el ministerio allí donde aparentemente más es necesario, además siendo allí donde empecé mis primeros pasos en este maravilloso camino al Despertar.